Corazón y Energía
El corazón es el centro que más trabaja. Bombea día y noche, para la sangre a través de 60.000 millas de conductos vasculares, aproximadamente 42.000.000 de veces al año, lo largo de nuestras vidas. Se necesita mucha energía para esta labor.
De hecho no hay nada que ocurra en prácticamente todas las células de nuestro cuerpo, desde las células de la retina (para nuestra vista), a las células del páncreas (para la generación de insulina) que no requiera energía para realizarse.
Cuidar y fortalecer la generación de la energia que necesitan las células es fundamental para nuestra salud.
¿Dónde se realiza la generación de energía dentro de las células?
Hace billones de años una bacteria, la Mitocondria, fue atrapada por organismo unicelular y en vez de ser contenido se formó entre ellos una relación simbiótica: la Mitocondria se dedicó a producir la energía química (en forma de moléculas de ATP) que el organismo unicelular, un organismo de recepción éste de organismo unicelular la prima (glucosa, oxigeno, etc.) que necesita para producir energía y para su sustento.
Esta relación simbiótica permitió a los organismos unicelulares a aumenta su complejidad, convertirse en células eucariotas, y a unirse en otros tejidos, y órganos especializados, formando organismos de todo tipo. Sin las mitocondrias esto no hubiera sido posible.
Las Mitocondrias con el tiempo perdieron complejidad (tienen un nucleo y material genético simple, pues la célula eucariótica donde vive le suple lo que necesita) pero siguen siendo organismos “vivos” capaces de reproducirse, morir, aumentar o disminuir su actividad dependiendo de la disponibilidad de insumos y la ‘demanda’ por sus servicios, etc.
La cantidad de Mitocondrias por célula eucariótica depende del tipo de célula y la actividad de la misma. Las células del corazón requieren mucha energia y tienen hasta 10,000 Mitocondrias por célula.
¿Qué funcionamiento afecta la estabilidad de las mitocondrias?
Por ejemplo, con una vida sedentaria y pobre alimentación, llega a la célula demasiada glucosa y relativamente poco oxígeno. El desbalance impide a la Mitocondria generar ATP y en su lugar produce radicales libres que dañan las paredes de la Mitocondria, y también el ambiente interno de la célula eucariótica envolvente. Con el tiempo las Mitocondrias reducen su actividad y/o mueren, la célula rechaza mas glucosa (resistencia a la insulina) y se desarrolla un proceso metabólico negativo.
Afortunadamente se puede revertir este proceso con el ejercicio y la buena alimentación. El ejercicio aumenta el flujo de oxígeno a las células (por generación de NO en el endotelio) y equilibra los insumos necesarios para la producción de ATP en las Mitocondrias. Las mitocondrias generan menos desperdicios nocivos (radicales libres).
Pero más importante aún, como la célula envolvente requiere más energía, y es capaz de suplirle a la Mitocondrias mas materia prima (oxígeno y glucosa), esto estimula la biogénesis de las Mitocondrias y estas se subdividen y reproducen. El resultado es una célula y sus Mitocondrias vibrantes y energéticas, lo que tiene un efecto similar en los tejidos y órganos de los que son parte.